lunes, 17 de diciembre de 2007

Insomnio infantil:


Insomnio infantil:

Las alteraciones del sueño en los niños es un problema mucho más frecuente de lo que nos imaginamos, ya que aproximadamente el 30% de los niños españoles sufre insomnio infantil.

Los síntomas que experimentan los niños o bebés son diversos pero generalmente suelen ser: dificultad del niño para dormirse solo, tener un sueño superficial con despertares frecuentes por la noche o incluso un despertar a media noche…con lo que acaban durmiendo menos horas de las que el niño necesita, lo que puede provocar a la larga diversos problemas, ya que ¡dormir es imprescindible para que se produzca la maduración cognitiva del niño!.

Casi el 90% de los casos de insomnio infantil se debe a la adquisición por parte del niño de hábitos incorrectos durante las primeras etapas de su infancia, lo que es achacable casi al 100% a la educación que le dan los padres a sus hijos, ¡que generalmente suelen ser bastante permisivos con los niños!, siendo flexibles por ejemplo con los horarios de irse a la cama, o por el contrario es debido a la falta de afectividad por parte de éstos.

En principio no se considera que estos niños padezcan alguna alteración psicológica ni que tengan ninguna enfermedad, simplemente tienen una alteración en sus ritmos biológicos.
Lo que si se suele producir es que los niños que no duermen adecuadamente (es decir como mínimo sus 8-10 horas diarias) se muestren más nerviosos durante el día, pudiendo incluso evidenciar una falta notable de concentración, pero no os asustéis que si el problema se corrige a tiempo, el niño volverá a tener un comportamiento normal.

Es necesario solventar lo antes posible estos problemas ya que, en muchos casos, estas alteraciones pueden permanecer y estabilizarse en el adulto. En los casos leves se puede solventar con simples modificaciones en las actividades del niño antes de dormirse, como por ejemplo, acostumbrarse a leerle un cuento cada noche en una habitación diferente a la que el niño duerme, para que no se le haga imprescindible el cuento para dormir, pero lo más importante de todo es poner límites estrictos con la hora de ir a dormir ¡y cumplirlos!. Lo ideal es que después del baño, tomen la cena y ¡como mucho! media hora después se vayan a dormir. Y que estos hábitos sean rutinarios.

Otras medidas que se pueden tomar a la vez que las anteriores son que el cuarto del niño debe de estar a oscuras y tener una temperatura adecuada. El niño debe dormir siempre en su cama (nunca con los padres) y acostumbrarse a dormirse solo, sin tener que usar el chupete o un juguete, o sin tener que ser acunado, es decir, debe dormirse ¡sin ayudas!.

Tampoco es aconsejable que vea la televisión o juegue con videojuegos justo antes de irse a la cama, ya que pueden excitarle y consecuentemente dificultarle poder conciliar el sueño.

Pero si con lo anterior no conseguís resolver el problema, os aconsejo que acudáis a un especialista para que os ayude a solucionarlo. ¡Porque dormir adecuadamente es necesario para la salud de vuestros hijos!.

Vía: Entrebebes.com

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